“Gran amigo”, “viejo querido”, “ejemplo”. Uruguay y líderes políticos mundiales lloraron la muerte este martes del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, a los 89 años, víctima de un cáncer.
Desde el anuncio del presidente Yamandú Orsi a las 19H14 GMT, quien por la red X anunció “con profundo dolor” el fallecimiento del carismático exguerrillero, las reacciones de solidaridad y recuerdos del exmandatario se multiplicaron.
“Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, dijo Orsi.
El expresidente uruguayo Luis Lacalle Pou presentó su “respeto y saludo a su partido político, a su gente y su compañera de vida”, Lucía Topolansky. “Me nace destacar lo bueno y las coincidencias”, señaló en su mensaje en X.
El gobierno brasileño expresó su “profundo pesar” por el fallecimiento de Mujica, “un gran amigo de Brasil”.
Mujica fue “uno de los principales artífices de la integración de América del Sur y América Latina y, sobre todo, uno de los humanistas más importantes de nuestra época”, señaló un comunicado del Ministerio de Exteriores.
“Su compromiso con la construcción de un orden internacional más justo, democrático y solidario es un ejemplo para todos”, agregó.
El también exguerrillero Gustavo Petro, primer presidente de izquierda de Colombia, lo calificó de “gran revolucionario”. “Adiós amigo”, dijo Petro.
Mujica fue un “ejemplo para América Latina y el mundo entero” por su sabiduría y sencillez, afirmó la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
“Esperanza incombustible”
Romántico, el presidente chileno Gabriel Boric escribió: “Pepe querido, te imagino partiendo preocupado por la ensalada amarga que hay hoy en el mundo. Pero si algo nos dejaste fue la esperanza incombustible de que es posible hacer las cosas mejor”.
“Te vas físicamente, pero te quedas para siempre. Te prometo que el olivo que plantamos en febrero en tu chacra florecerá”, sostuvo el mandatario chileno, que fue uno de los últimos dignatarios extranjeros en visitar a Mujica en Montevideo.
“Su vida fue un testimonio de rebeldía y amor por su pueblo. Su legado perdurará en nuestros corazones, en la historia de Uruguay y de la Patria Grande”, afirmó el mandatario boliviano, Luis Arce.
“Toda América Latina está de luto”, dijo de su lado el expresidente boliviano Evo Morales, archirrival de Arce. “Nos duele profundamente la partida de mi hermano Pepe Mujica. Recuerdo siempre sus consejos llenos de experiencia y sabiduría. Él fue un ferviente creyente en la integración y en la Patria Grande”, sostuvo en alusión al viejo sueño de integración regional latinoamericana.
“Lamento profundamente la partida de José ‘Pepe’ Mujica”, dijo el presidente dominicano, Luis Abinader. “Tuve el honor de conocerlo y aprender de su sabiduría y humildad”, señaló del político al que calificó de “referente moral y humano”.
“Adiós, querido Pepe. Ejemplo de humildad y de grandeza. De liderazgo entendido como servicio siempre a quienes más lo necesitan”, manifestó de su lado el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo.
Mujica creyó en “un mundo mejor”, manifestó de su lado el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. “La política cobra sentido cuando se vive así, desde el corazón”, añadió sobre la vida de Mujica, quien a comienzos de año anunció que abandonaba los tratamientos contra el cáncer de esófago que le fue diagnosticado en 2024.
La expresidenta argentina Cristina Kirchner, con la cual Mujica tuvo duros desencuentros, señaló que “América Latina despide a un gran hombre que dedicó su vida a la militancia y a su Patria”.
El líder de la izquierda radical francesa, Jean-Luc Mélenchon, le agradeció “por todo el coraje” y por “el ejemplo”. “Gracias por tu lección de vida”, dijo a la memoria del expresidente que se hizo famoso en el mundo por un estilo de vida sobrio, pero también por la aprobación durante su mandato (2010-2015) de la ley que reguló el mercado de la marihuana en Uruguay o el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Mujica vivió hasta el final de sus días en su humilde casa en el campo, a las afueras al oeste de Montevideo, junto a su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky.